Michael O'Gorman es pionero de la agricultura ecológica desde hace más de 50 años. Estudió la agricultura ecológica en los años 60, practicó la agricultura regenerativa en los 70, fue pionero del movimiento locavore en los 80 y contribuyó a la generalización de la agricultura ecológica en los 90. "Echando la vista atrás, estuve en primera línea en todos los aspectos progresistas de la agricultura", dice, "introduciendo nuevos cultivos, nuevas formas de cultivar, esforzándome siempre por ser un buen gestor laboral y sin comprometer nunca, jamás, mis ideales". Sus amigos bromean diciendo que las iniciales de su apellido, "OG", son especialmente apropiadas.
En 2009, O'Gorman fundó la Farmer Veteran Coalition (FVC) para ayudar a los veteranos militares a convertirse en agricultores. "Yo era un activista antibelicista junto con muchos de los originarios de la agricultura ecológica", recuerda, "pero decidí ayudar a los hombres y mujeres que volvían de Irak y Afganistán. Es una de mis pasiones: ayudar a la gente que se inicia en la agricultura. Yo mismo fui agricultor de primera generación, y la agricultura ha sido buena conmigo". Según testimonios de miembros de la FVC, la coalición ha salvado muchas vidas. "Trabajar estrechamente con hombres y mujeres en el momento de su transformación de las experiencias de la guerra a las de la agricultura, y de crear vida, ha enriquecido profundamente mi propia vida", afirma O'Gorman.
O’Gorman puts his experience to use mentoring a new generation of farmers through the Programa de asociación para la transición a la agricultura ecológica (TOPP). This nationwide initiative provides support to both transitioning and existing organic producers across six geographic regions of the U.S. CCOF leads the West/Southwest region. O’Gorman consults with his mentees about a wide range of topics, such as how to move forward through the process of organic certification. “We spend a lot of time talking about production, farming strategies, and questions to help them succeed and survive.”
Cuando un aprendiz de agricultor de calabazas le preguntó cómo evitar que su cosecha se estropeara sin refrigeración, O'Gorman tenía preparada una respuesta basada en años de experiencia: Cortar un tanque grande por la mitad y llenar un lado con agua, luego sumergir la calabaza lo antes posible. O'Gorman dice: "Hicimos lo mismo en Baja. Es muy sencillo, cuesta muy poco y evita que la cosecha se ponga gomosa incluso sin refrigeración. De ese modo, aguanta un día en el mercado o en el puesto de productos agrícolas. Es muy práctico".
O'Gorman colabora como voluntario con varias organizaciones y se mantiene en contacto con sus alumnos incluso después de que concluya el periodo oficial de tutoría. "Cada persona tiene retos diferentes", observa. "Uno de mis alumnos, cuando lo conocí, acababa de salir de la cárcel, pero es listo y organizado en su papeleo y consiguió que le concedieran una subvención. Está entusiasmado con la idea de convertirse en agricultor ecológico. Estoy entusiasmada con él".
Ser mentor de veteranos militares ha sido especialmente gratificante para O'Gorman. "Al primer veterano con el que trabajé le dije que la agricultura iba a ser un reto", recuerda. "Me dijo: 'Michael, yo no entré en el ejército a pesar de que fuera duro. Yo fui porque ha sido duro". El reto fue la atracción".
"Creo firmemente en la agricultura ecológica", afirma O'Gorman. "He dedicado mi vida a ello". Piensa seguir asesorando a los agricultores siempre que haya necesidad. "Ahora me llama gente que sólo tenía seis años cuando convertí la granja de su padre en ecológica, y ahora tienen títulos universitarios y me preguntan si puedo asesorarles sobre la exportación de productos ecológicos. Es divertido", dice. "Soy un tipo de persona que devuelve".
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